La continua mención en la sociedad y en casi cualquier medio del Big Data, de recordar continuamente que estamos en la Era del Dato, y la relevancia de ambas para tener información privilegiada en la toma de decisiones, ha hecho que las empresas se abran permitiendo que sus procesos se digitalicen.
Un proceso digitalizado genera información, por lo que pude informar casi de forma inmediata de lo que está pasando, qué errores se están cometiendo, que variables inciden negativamente en el negocio y cuáles son los procesos a los que debería prestársele más atención para mejorar en la eficiencia y el resultado.
Digitalizar un proceso significa en muchas ocasiones simplificar y modificar la forma con la que el técnico o el administrativo trabaja. Este nueva forma de trabajar podría asemejarse con la revolución que supuso la cadena de montaje de Ford, pero ahora, en vez de ser la cadena de montaje, la revolución es en la cadena donde se trabaja tanto para registrar la información como para tomar decisiones a través de ella.
Como si no hubiesen existido nunca antes toman relevancia los procesos ETL, algoritmos que van allí dónde se registra el dato, lo extraen, lo transforman, muchas veces cogiendo sólo los datos que son reales y contengan valor, y los cargan en algún repositorio para que, con herramientas de visualización potentes como Power BI, Tableau o Qlick, o gratuitas como Pentaho, puedan ser visualizadas de forma que generen valor.
Aquí sí se ha producido una verdadera disrupción, al ser herramientas que permiten conectarse a diferentes fuentes de datos, relacionarlos entre ellos y representar el dato con una facilidad sorprendente, a través de unas visualizaciones que pueden llegar a ser atractivas y muy cautivadoras.
Es más, estas herramientas han provocado que los procesos ETL cojan una mayor relevancia en la transformación digital, ya que para representar el dato se necesita tenerlo, y muchas veces mezclarlo con los datos de otros procesos, departamentos, e incluso del exterior de la empresa, ya que en ocasiones, viendo lo que está pasando en el exterior, se entiende lo que ocurre dentro de ella.
Gracias a los procesos ETL y a los visualizadores anteriormente mencionados, se empiezan a recolectar un montón de datos que siempre habían estado ahí y que nunca antes se habían utilizado, al menos de forma conjunta, sencilla y amena. Al representar esos datos, se pueden analizar y establecer reglas que pongan de relevancia lo que los datos nos están indicando en el mismo instante en que se producen, e incluso generar alertas que podrían llegar a enviar un mail.
Por otro lado, el poseer más datos, y por ende más información, la cual puede ser representada a través de mejores herramientas de visualización que capaces de tratar con ingentes cantidades de datos, y de diferentes fuentes, provocan que el trabajo de determinados técnicos pueda redirigirse a solucionar los problemas en la prioridad que la empresa determine, teniendo ésta un control sobre la efectividad y eficiencia de sus procesos.
Todo aquello que tiene que ver con el ecosistema Big Data no sólo está provocando una transformación digital activa de los procesos, sino muchas veces de forma pasiva, silenciosa y sigilosa, tanto en cómo se trabaja como en nuestra forma de relacionarnos con el mundo exterior. Por ejemplo, su aplicación en el marketing digital puede impulsar una compra, persiguiendo al usuario con un artículo con el simple hecho de haberlo buscado con anterioridad en internet.
Las herramientas y metodologías del ecosistema Big Data no sólo permiten este seguimiento individualizado, y aprender de lo que cada individuo hace para proponerle e intentar vender un producto que se ajuste a sus necesidades, sino puede dotar a procesos actuales de cierta inteligencia.
En el mercado ya podemos encontrar soluciones software que son capaces de identificar objetos que estén en su campo de visión de una cámara en tiempo real, por ejemplo personas, coches, etc. Por qué en un centro de control hay que estar viendo una secuencia de imágenes, independientemente de que haya gente o no, cuando las que nos interesan son sólo aquellas en las que se ven personas para su vigilancia. O en un centro de control de carreteras ver sólo las cámaras en las que se está produciendo una incidencia, como un accidente, atasco, maniobra no permitida, etc.
Cuánto de eficiente podría ser una empresa que usa estos sistemas inteligentes frente a los tradicionales, sin inteligencia. Ejemplos ambos del punto de inflexión entre la Transformación Digital y el Big Data, en lo pequeño y en lo grande, persigue no sólo el dato, sino la información que los datos nos dan, y en cómo se puede transformar para generar valor.